La Comisión Europea publicó una guía de seguridad ocupacional titulada «Directrices no vinculantes para el sector de la peluquería» para atender los diferentes tipos de riesgos que pueden causar dolor y enfermedades, así como provocar accidentes.
Los riesgos profesionales pueden tener distintas causas: el comportamiento del personal de peluquería, las técnicas utilizadas, la organización del trabajo y el diseño del lugar de trabajo. Algunas prácticas de trabajo y factores ambientales que podrían representar un
riesgo para la salud y la seguridad del personal de peluquería son:
- Trabajar con las manos mojadas
- Utilizar productos cosméticos
- Utilizar cuchillas e instrumentos afilados
- Estar de pie durante largos períodos de tiempo
- Mantener una postura encorvada en el trabajo durante largos períodos de tiempo
- No llevar equipos de protección o llevarlos incorrectamente
- Aplicar productos de forma incorrecta (por ejemplo, no diluir productos concentrados, como champús y productos colorantes, según se indica)
- No variar lo suficiente la postura y las tareas
- No disponer de suficiente espacio para moverse
- Utilizar equipos mantenidos inadecuadamente
- Iluminación deficiente
- Corrientes de aire o variaciones de temperatura
- Ruido
- Conservación inadecuada (en lugares que no están frescos ni secos o a temperatura ambiente) de los productos (como cosméticos, botellas, aerosoles, frascos o recipientes)
Estos riesgos pueden contribuir a la aparición de enfermedades graves por adoptar posturas de trabajo forzadas durante un largo período de tiempo, junto con movimientos repetitivos, y causar trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo.
Medidas de prevención
La Comisión Europea precisa que las medidas de prevención y de protección adecuadas incluyen adoptar prácticas de trabajo adecuadas: el personal de peluquería debe evitar mantener posturas incómodas durante mucho tiempo, para lo cual los trabajadores pueden alternar tareas (rotación de tareas), ir cambiando entre el trabajo de pie y sentados, utilizar un taburete, caminar alrededor de sus clientes mientras trabajan, mantener una distancia adecuada (ni demasiado cerca, ni demasiado lejos, ni demasiado arriba, ni demasiado abajo), pedir a sus clientes que colaboren (por ejemplo, irguiéndose o encorvándose un poco en su asiento) y adoptar una postura saludable y comprobar en el espejo que esta sea correcta. Otras medidas incluyen ajustar los sillones o taburetes a la altura del cliente, regular la altura del lavacabezas, utilizar buenas técnicas de corte (palma frente a palma) y emplear tijeras y secadores ligeros que reciban un mantenimiento adecuado.
A esto se suman las características que deben tener los lugares de trabajo en las peluquerías como proximidad funcional de los diferentes espacios y zonas, una buena iluminación, un suelo adecuado (estable, nivelado, sólido y antideslizante), buena ventilación y una sala de descanso y un espacio de fácil acceso para almacenar productos. Tampoco hay que olvidar los sillones de peluquería ajustables, lavabos independientes y ajustables en altura, y material adecuado como tijeras ergonómicas con ceja de apoyo para el meñique, cepillos ligeros con un mango suficientemente largo y antideslizante, y secadores ergonómicos.
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